Descripción
Excepcional candelabro de dos luces del siglo XIX, obra del francés August-Maximilien Delafontaine (1813-1892). En el centro aparece representada la figura de una garza que sostiene con elegancia una serpiente en una de sus patas, mientras que con la otra se apoya en la figura de una tortuga. La base tiene una forma circular adornada con un friso de volutas estilizadas. Los bobeches tienen una ornamentación de hojas de vid. Cada detalle está tratado de manera meticulosa por el artesano, dando lugar a una pieza única que embellece y da distinción a cualquier estancia del hogar. Se puede apreciar la técnica que usaba August-Maximilien, el bronze doré, también denominado ormolú.
Sobre la familia Delafontaine
A finales del siglo XVIII, Jean-Baptiste-Maximilien Delafontaine (1750-1820) fundó la fábrica de bronce Delafontaine; posteriormente, su nieto, August-Maximilien fue quien prosiguió con el negocio familiar hasta finales del siglo XIX. La fábrica Delafontaine gozó de una gran popularidad y llegó a ser una de las principales productoras de arte decorativo en bronce.
Estilo y época Napoleón III o Segundo Imperio
El estilo Napoleón III o Segundo Imperio recibe su nombre debido a que nació en Francia en aquel momento. Estrictamente, el Segundo Imperio fue proclamado en 1852 y terminó en 1870, dirigido por Luis Napoleón Bonaparte como emperador de los franceses, aunque en el sentido artístico se extiende unos años más (hasta 1880). Dicho estilo tuvo una gran acogida entre la burguesía francesa. El propio emperador estuvo involucrado en el desarrollo artístico del momento, aunque más ligado con la arquitectura. Sin embargo, es a la emperatriz Eugenia a quien se le debe la evolución de las artes decorativas.
Aunque se inspira en los estilos del pasado, empezando por la Antigüedad Clásica, el Renacimiento, incluso en el Luis XVI, muy querido por Eugenia, la característica más representativa del estilo es la suntuosidad y ostentación, aspirando siempre a mostrar la riqueza y opulencia.
No es un estilo diseñado específicamente para el Segundo Imperio, sino una recuperación de los diferentes grandes estilos franceses de los siglos anteriores, una especie de recopilación de las tendencias decorativas francesas. Se hace especial referencia al Luis XIV, Luis XV, Barroco y Rococó, y poco a poco el Luis XVI, de base eclecticista. En definitiva, los estilos decorativos que habían posicionado a Francia a la cabeza del interiorismo y diseño de mobiliario en Europa, tanto por calidad como por originalidad y belleza.