Descripción
Extraordinaria acuarela realizada por el pintor catalán Juan de Palau (1919 – 1991). Se representa una escena cotidiana, lo que parece ser un mercado. En la zona central aparecen dos señoras sentadas en un banco municipal, vestidas con un simple atuendo y un pañuelo en la cabeza. Varios personajes más completan la composición, llevan cestas o charlan entre ellos apreciándose un ambiente distendido. Al fondo aparecen los puestos cubiertos por lonas blanquecinas, que iluminan por completo la obra.
En esta obra, se presenta un uso expresivo de colores así como unas pinceladas sueltas, con tonalidades apagadas que dan una atmósfera de calma o quietud. Las figuras están delineadas de manera algo esquemática, pero claramente reconocibles, lo que sugiere un enfoque más estilizado y menos realista. Todo en pro de la expresión por parte del autor, que manifiesta un toque melancólico, pues alguna de las mujeres tiene la mirada fija hacia el frente o hacia sus costados. Este foco en las personas más comunes o, a veces incluso marginales, se toma de la pintura de Isidro Nonell (1872 – 1911), importante pintor del Modernismo catalán. En este sentido, la dimensión transformadora de su actividad fue innegable. Con una visión desprovista de prejuicios clasistas, y desde su condición de desclasado, Nonell fue capaz de dotar de nobleza, dignidad, elegancia y belleza a aquellos modelos que tradicionalmente habían estado alejados de los cánones de belleza clásica.
Joan de Palau i Buxó (1919 – 1991)
Nace en Girona en 1919. Se traslada a Madrid para cursar arquitectura, estudios que no termina por falta de vocación. Pronto se interesa por el arte, conoce a Santiago Rusiñol, quien le ayudará a configurar su vocación. Además, con frecuencia visita las salas de pintura del Museo del Prado donde se interesa especialmente por los grandes maestros españoles y holandeses.
El año 1936, antes de estallar la Guerra Civil Española, regresa a Catalunya y se incorpora en el ejército de la República. Una vez concluye la guerra se ganará la vida dibujando carteles de películas en el cine Majestic de Granollers y haciendo decorados de teatro para la compañía de variedades “Los Vieneses”. Años más tarde, en 1946, se instala definitivamente en Banyoles, donde ya había veraneado antes con su familia, y allí será donde conocerá a su esposa. Es entonces cuando se integra de lleno en el tejido artístico y cultural de la ciudad, convirtiéndose en el escenario definitivo para desarrollar su pintura.
El artista se dedica completamente a la pintura y al dibujo utilizando técnicas como el lápiz, gouache, acuarelas y óleos, entre otras técnicas. En 1940 gana la medalla de oro en un concurso de pintura en la ciudad de Barcelona, con un retrato de su madre. Y al año siguiente, de nuevo con un retrato de la madre, obtiene el primer premio del concurso Ciudad de Granollers. En 1949 obtiene la Medalla de Badalona con una acuarela de temática bañolense.
En 1950 inicia relaciones comerciales con los marchantes de pintura establecidos en Barcelona, que exportarán obras suyas en Sudamérica, principalmente Venezuela y Puerto Rico. Indicativo de la gran capacidad para crear obras pictóricas de gran calidad artística que le llevaron a tener pinturas repartidas por todo el mundo.
En la obra de Joan de Palau encontramos composiciones siempre proporcionadas, realistas y con detalle pictórico. Pintaba casi siempre de memoria, pero constantemente se podía encontrar paseando por el estanque o la ciudad observando el paisaje que lo rodeaba y haciendo un ejercicio a modo de foto fija que, después, en la tranquilidad del estudio, trasladaba a la tela con precisión.
El Taller Joan de Palau continúa actualmente su actividad, prácticamente tal y como la inició el pintor y gestionado ahora por sus hijos.