Descripción
Exquisito gouache sobre lienzo firmado por Rioux, años 70. La obra nos introduce como espectadores en un ambiente privado e íntimo, una mujer de espaldas, semidesnuda, con el pelo recogido y que destaca sobre un fondo desdibujado en tonos verdes.
A comienzos del siglo XIX, surge un término nuevo dentro de la pintura que responde a una temática que trata sobre la vida cotidiana, familiar y doméstica: el intimismo. Aunque el concepto no aparece hasta esta época, la temática ya estaba siendo tratada en la Historia del Arte desde mucho tiempo atrás. Ya en el Renacimiento fueron muchas las mujeres retratadas en escenas de interior; incluso antes aún, la imagen religiosa de la Anunciación había retratado a la Virgen María en la soledad de su hogar. Pero no fue hasta el siglo XVII en Holanda cuando se asentó definitivamente este género, con Johannes Vermeer como máximo exponente. A partir de entonces vivió un gran desarrollo. En Francia se popularizaron en el siglo XVIII los retratos de figuras femeninas en el marco de estancias privadas, y a lo largo de los siglos siguientes las pinturas de escenas domésticas.
La pintura intimista ha mostrado siempre una clara predilección por el universo femenino, por la representación de mujeres en momentos cotidianos, íntimos y de la vida familiar, como la “tierna infancia”. Precisamente la pretensión del intimismo es dotar de cierta trascendencia a un momento cotidiano en la vida de los personajes. En este tipo de obras el tiempo parece pasar muy despacio, creando una sensación de quietud y un silencio que lo inunda todo.