Description
Esta obra de la artista francesa Madeleine Doillon-Toulouse presenta un paisaje montañoso con una estética expresionista. El paisaje expresionista no reproduce fielmente la realidad, sino que se deforma en función de expresar sentimientos del pintor, en él se tergiversa el mundo real, se deforma y se pierden las perspectivas, todo se vuelve grotesco, pintado muchas veces con trazos gruesos y violentos, rápidos (como para dejar aflorar las emociones haciendo a un lado la razón). Esta artista nacida en Vesoul en 1889 fue alumna de Jules-Alexis Muenier, Gustave Courtois, Jean-Paul Laurens y en su obra tiende a representar las vistas de su ciudad natal en una estética cuyo máximo representante será Soutine, uno de los pintores malditos del siglo XX, “retorcía” violentamente sus paisajes de pesadilla y usaba el color vibrante logrando un efecto original: convertía los colores vivos en angustia, desesperación, desgarramiento. En este caso, aunque con una estética mucho más calmada y una paleta menos brillante, la artista esboza un paisaje a través del pincel donde la importancia no reside en la representación fidedigna de la vista, sino en la plasmación emotiva, los sentimientos que despierta la obra.
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