Descripción
Extraordinaria pareja de pinturas realizadas en óleo sobre lienzo, pertenecientes a la Escuela Francesa del siglo XVIII. Presentan un delicado paisaje en donde la figura humana se reduce a lo esencial, para así no asumir protagonismo. Los dos muestran la misma temática campestre diferenciándose en la acción; el primero, “Paisaje con cazadores”, el segundo, “Pescadores en la ribera del río”. Marco de madera tallada y dorada, cuya parte superior es mixtilínea. Se debe a que fueron realizados para el espacio entre una puerta y el techo de la vivienda. Proceden de la colección del general L’Hotte, en Lunéville (1825-1904). Se pueden adquirir por separado.
Se trata de una pintura de paisajes de la Escuela francesa del siglo XVIII, que se caracteriza por una sensibilidad hacia este género asimilada de Italia, concretamente Venecia, a través de la influencia de Poussen, Gaspard Dughet o Claudio de Lorena. La escena se desarrolla en un claro de un bosque, justo a la orilla de un río. Hay una clara separación entre el primer plano y el fondo, que potencia el carácter escenográfico. Composición muy estudiada, se aprecia un contraste entre la severa ordenación de los volúmenes rocosos y terrosos, y el tratamiento de las masas boscosas. Aparecen pequeños personajes estáticos pese a que están realizando una acción. Pintura con tintes románticos, se está valorando la naturaleza como tema en sí misma. Todavía no es el paisaje independiente del Romanticismo, ya que está asociado a un tema. Las dos escenas se celebran al final de la tarde, como lo demuestran las sombras y sobre todo la luz dramática. Luz dorada que brilla sobre los objetos representados e incluso sobre las masas de agua, como el río, creando un efecto onírico, que invita al espectador a meditar. Contenido claramente poético, que va más allá de la simple representación de la naturaleza para representarla como reflejo de los sentimientos melancólicos del autor.
Uno de los aspectos más radicales de la pintura romántica fue el intento de sustituir los grandes lienzos de temas históricos o religiosos por paisajes. Se buscaba que el paisaje puro, casi sin figuras o totalmente desprovisto de ellas, alcanzara el significado heroico de la pintura de historia. Estos pintores se basaban en la idea de que el sentimiento humano y la naturaleza debían ser complementarios, uno reflejado en el otro. En otras palabras, el paisaje debía suscitar emociones y transmitir ideas. Así, los paisajistas buscaban expresar sus sentimientos a través del paisaje en lugar de imitarlo. En efecto, el uso que hace el artista de la luz transmite aquí una atmósfera brumosa, turbia y onírica.
General Alexis L’Hotte
Una de las figuras más importantes de la equitación francesa es el general Alexis L’Hotte (1825-1904), promotor más ortodoxo del ecuestre clásico francés. Nació en Lunéville, en una familia de oficiales de caballería. Después de la Escuela Especializada Militaire de Saint-Cyr, sirvió toda su carrera en unidades de milicia. Tuvo dos importantes maestros, Vizconde de Aure y Francois Baucher.
En la casa 42 de Rue León Gambetta, en Lunéville, hay un cartel que indica que fue la vivienda del general, donde pasó catorce años de jubilación y murió en 1904. Allí recibió a muchos escudistas de toda Europa que buscaban su consejo, tenía un patio donde enseñaba con sus caballos.