Descripción
Este bello tapiz presenta una escena de la Sagrada Familia junto a Santa Ana y San Juanito que expresa gran ternura. En ella hace acto de presencia Dios Padre, que contempla la interacción de ambos niños, en la que San Juanito parece reconocer a Jesús como hijo de Dios. Es representada también la Santísima Trinidad verticalmente, que incide en la doble naturaleza de Cristo. El diseño de la escena está inspirado en una pintura atribuida al taller de Bartolomé Esteban Murillo, reflejado en la inscripción que se encuentra en la parte inferior derecha de la composición que reza “D´aprés Murillo”. La escena está enmarcada por unas bandas con motivos vegetales y florales a modo de guirnaldas monocromas. La obra cuenta con un sencillo marco dorado.
Los tapices han sido piezas de lujo y símbolo de bonanza desde su origen, sobre todo entre los siglos XV y XVIII, periodo en el que fueron de las piezas de arte más cotizadas entre las altas esferas. El tapiz surgió con un carácter funcional, el de aislar las dependencias y mantener el calor en ellas; pronto tomaron un carácter decorativo, implementando elementos geométricos y figurativos tales como vida animal y vegetación para ir poco a poco complicándose. La importancia de los tapices como parte del mobiliario llevó a que los más prestigiosos artistas hicieran cartones de tapices, claro ejemplo de esto son Mantegna, Rubens o Goya. El inicio de la mecanización de la producción de tapices inició en el siglo XVIII junto a la incorporación de los tintes artificiales. La mecanización de este proceso ha permitido agilizar su producción, hacerlos más accesibles y que hermosos tapices como este lleguen a nuestros días para animar los hogares.