Descripción
Excelente espejo holandés de estilo Barroco con un espectacular marco rectangular de madera ebonizada y tallada con molduras rizadas. El gusto por este tipo de espejos se inició a lo largo del siglo XVII, pero se siguieron realizando hasta bien entrado el siglo XIX. Se hicieron muy populares en toda Europa y fueron muchos los países que adoptaron este estilo. Se caracterizan por estar decorados con bandas paralelas entre sí, habitualmente de diferentes anchuras y altura o relieve, alternando lisas con otras de diferentes tallas. La más característica es la “rizada”, unas pequeñas ondas que recuerdan a la cestería y que se convierte en unos intrincados detalles de gran interés visual. En el centro del marco, una placa rectangular de espejo refleja la luz y crea sensación de amplitud. Presenta ligeras huellas de envejecimiento, que no hacen sino realzar su autenticidad y carácter.
La artesanía y la atención al detalle son evidentes en cada aspecto de esta pieza, que muestra la habilidad y el arte de los artesanos holandeses del siglo XVIII.