Descripción
Magnífico busto de un hombre joven con turbante, conocido como “Busto de Barbados”. El rostro muestra una expresión seria e intensa, con cejas marcadas, labios firmes y gruesos y mirada dirigida ligeramente hacia un lateral. El busto está montado sobre una base cúbica sencilla. Está inspirado en los clásicos bustos de yeso de París que se pusieron tan de moda en la década de 1940. Se crea moldeando un busto en bruto en porcelana sin cocer. A continuación, el escultor añade textura a la piel, talla los ojos y le da al perfil su expresión emocional. Todo ello se recubre con yeso de París y se cuece al horno. Una obra llena de personalidad e historia.
El yeso de París, más conocido por su nombre en inglés, plaster of Paris, es un tipo de yeso muy fino y blanco, que se obtiene al calentar sulfato de calcio hidratado para eliminar parte del agua y convertirlo en sulfato de calcio semihidratado. Cuando se mezcla nuevamente con agua, se endurece rápidamente, formando una masa sólida y lisa. El nombre viene de que, durante los siglos XVIII–XIX, París fue un gran centro de producción de yeso, gracias a los abundantes depósitos de piedra de yeso (gypse) en la región de Montmartre. De ahí que se hiciera famoso como “plâtre de Paris” (plaster of Paris).
Es un yeso muy blanco y de textura suave y fina que, una vez seco, se puede pulir, tallar o pintar. Por ello, es un material muy utilizado en diversos ámbitos. En el ámbito artístico se utiliza para hacer moldes, modelos, bustos, relieves… como los clásicos bustos de yeso de París. En Arquitectura y decoración se utiliza, sobre todo, para molduras, cornisas y estucos. En restauración se utiliza para algunos enlucidos. Llegó incluso a utilizarse en medicina para hacer férulas y moldes ortopédicos, aunque ya no es nada habitual.