Óleo sobre lienzo «Paisaje con mujeres a la orilla del río”, Anselmo Miguel Nieto, hacia 1920 – España

Descripción

Espectacular óleo sobre lienzo de Anselmo Miguel Nieto, reconocido pintor de principios del siglo XX, original de Valladolid. Se eleva como un exquisito ejemplo del paisajismo lírico de finales del siglo XIX y principios del XX, en el que confluyen una sensibilidad naturalista y una técnica impresionista depurada. El absoluto protagonista es el paisaje, una zona tranquila del bosque, con un río serpenteante a un lado y dos figuras femeninas desdibujadas sentadas a la orilla, delicadamente integradas en la naturaleza.

La pincelada es relativamente suelta pero controlada, lo cual permite un equilibrio entre la frescura y espontaneidad y la precisión de los detalles. La gama cromática es rica en matices verdes, ocres y violetas, logrando captar con maestría los efectos de la luz filtrándose entre los árboles. La textura del lienzo es visible en algunas zonas, lo que añade una cualidad táctil a la superficie pictórica. El tratamiento de la luz es sublime. El artista juega con los contrastes entre zonas iluminadas y áreas en penumbra para sugerir la hora del día, posiblemente el atardecer.

La composición se estructura de manera natural y equilibrada, con un árbol central que vertebra el espacio y guía la mirada hacia el fondo del bosque. Las diagonales creadas por las sombras y el curso del río conducen la vista hacia las figuras humanas, que, a pesar de ser pequeñas en escala, se convierten en un punto focal importante.

La obra se enmarca dentro del naturalismo tardío, con influencias impresionistas. El interés por la representación fiel del entorno natural, unido a una atmósfera de tranquilidad casi bucólica, revela una visión idealizada de la naturaleza, muy en consonancia con la estética de principios del siglo XX. La pincelada ligera y la atención a los efectos lumínicos evocan también la influencia de la pintura plenairista, muy presente en la formación del  pintor y en su relación con círculos artísticos europeos.

El hecho de que las figuras femeninas estén bañándose o descansando a la orilla del agua remite a una temática clásica dentro de la pintura occidental: la mujer como símbolo de pureza y armonía con la naturaleza.

Aunque es más reconocido como retratista, Anselmo Miguel Nieto desarrolló también una faceta paisajística que cultivó especialmente en su madurez, influido por sus viajes y estancias en París, Roma y otras ciudades europeas. Aunque está sin fechar, basándonos en temática y estilo, la obra parece pertenecer a su etapa de madurez temprana, es decir, entre los años 1910 y 1930, periodo en el que había superado ya la rigidez del academicismo y había asimilado las influencias y tendencias europeas.

Más sobre Anselmo Miguel Nieto (1881-1964) 

Anselmo Miguel Nieto fue uno de los más relevantes retratistas españoles del siglo XX y, en general, de la historia de la pintura de nuestro país. Vivió el momento de desarrollo y apogeo de la corriente modernista española, con centro en Cataluña; se relacionó con la élite cultural del momento, nombres tan conocidos como Romero de Torres, Zuloaga, Ricardo Baroja, Valle-Inclán… y a muchos de ellos los representó en sus retratos, pero sus musas o modelos preferidas fueron las mujeres, muchas de ellas conocidas en la época, bailarinas, actrices… Se convirtió así en el pintor por excelencia de la mujer, bella y sensual. Sus desnudos femeninos apenas encuentran competidor en la pintura española e internacional.

Se atribuyen varias causas al desconocimiento u olvido de su pintura, entre ellas la continua negativa del pintor ante los certámenes oficiales, pues su única preocupación fue la pureza y la perfección de su arte, aunque también se debe tener en cuenta que el tipo de pintura al que se dedicó, tan alabada y halagada a principios de siglo, pronto perdió popularidad en pos de un arte más moderno, siguiendo la estela de lo que se estaba desarrollando en el resto de Europa, en busca de un avance cultural del que adolecía el país tras la posguerra y el inicio de la dictadura.

Sin embargo, su memoria y la valoración de su obra se ha ido recuperando gracias a diversos estudios, exposiciones y homenajes. Entre ellos, la monografía “Anselmo Miguel Nieto, vida y pintura”, realizada por José Carlos Brasas Egido y publicada en 1981 por la Institución Cultural Simancas, bajo el patrocinio de la Diputación de Valladolid. En 1998, el Ayuntamiento de Valladolid organizó en la Sala de la Pasión la exposición “Anselmo Miguel Nieto, pintor vallisoletano de la generación del 98”, además de otras muchas exposiciones y artículos publicados en medios de comunicación, a los que nos unimos con esta nueva entrada de nuestro blog.