El diseñador francés Jean Gregorieff, nacido en 1931, es una figura imprescindible dentro del panorama artístico y del diseño del siglo XX en Francia. Su pasión por el arte comenzó con tan solo 17 años, y ya era alumno de la escuela de arte de Belleville en París, una ciudad que no tardaría en convertirse en su mayor fuente de inspiración.
Su carrera profesional se inicia en 1947, adentrándose en el mundo de la litografía. Durante el día trabajaba en un taller de imprenta, mientras que por las noches continuaba formándose en dibujo, pintura y escultura. Su curiosidad creativa lo empujaba a recorrer París en bicicleta, en busca de rincones inspiradores que capturaba en gouaches y óleos. Esa combinación de técnica y sensibilidad sería una constante en toda su obra.
En 1959, Gregorieff se trasladó a la luminosa región de la Costa Azul, estableciéndose en Vallauris. Allí, aprendió las técnicas del torno y la alfarería, descubriendo en la cerámica un nuevo lenguaje expresivo. Solo un año después, fundó su propio taller en Cannes, donde su trabajo empezó a destacar por la originalidad y la calidad artesanal, ganándose rápidamente el reconocimiento de otros ceramistas de renombre.
Durante los años 60 y 70, su creatividad se diversifica: realiza frescos, muebles, decoraciones de piscinas y colaboraciones arquitectónicas de alto nivel, especialmente en residencias de la zona de Agay, a orillas del Mediterráneo. Su versatilidad lo lleva a participar en las principales ferias de arte de París, logrando que sus piezas se comercialicen en todo el país.
Entre sus obras más reconocidas de esta etapa se encuentra un bajo relieve cerámico con temática marina, realizado en los años 70 para una residencia de Agay, que ejemplifica su dominio del volumen, el color y la narrativa visual.

Bajo relieve de cerámica realizado por Jean Gregorieff con tema marino, años 70 – residencia de Agay.
Sin embargo, su nombre se vincula de manera muy especial a la creación de mesas de café, auténticas piezas de colección que marcaron un antes y un después en la colaboración entre artesanía y diseño moderno. En asociación con la prestigiosa firma Roche Bobois, Gregorieff diseñó durante las décadas de 1960 y 1970 una serie de mesas que aún hoy se consideran joyas del mobiliario vintage.
Estas piezas, verdaderos lienzos funcionales, se caracterizan por sus tableros de cerámica compuestos por azulejos esmaltados policromados, pintados a mano, combinados con estructuras de acero cromado o madera.
Las mesas no eran meramente muebles utilitarios, sino expresiones artísticas con una fuerte identidad visual. Los tableros presentan composiciones abstractas de gran dinamismo, donde los colores cálidos se entremezclan con tonos más neutros para generar un diálogo armonioso en cualquier espacio contemporáneo. Las bases metálicas aportan equilibrio y elegancia, al tiempo que contrastan con la textura vibrante de la cerámica.
Algunas de sus creaciones son:
- Mesa baja diseñada por la firma Roche Bobois. Está compuesta por cerámicas con colores brillantes y acabados refinados, que reflejan el gran trabajo de este diseñador. Es un elemento decorativo que muestra un diseño moderno pero a la misma vez artesanal.

Mesa baja, años 60-70, diseñada por Jean Gregorieff para Roche Bobois.
- Modelo «Beaulieu», también realizado para Roche Bobois. Destaca por su tablero rectangular cerámico, con colores blancos y crema, naranja-rojo, además de tener motivos florales estilo art‑déco, en rosa pálido y verde oscuro, sobre una base en acero cromado.

Mesa «Beaulieu», años 60-70, diseñada por Jean Gregorieff para Roche Bobois.
- Mesa de centro redonda, modelo «Montargis». Encimera de cerámica con motivos abstractos en tonos blanco cremoso, naranja rosa, azul y verde, con base de acero cepillado.

Mesa «Montargis», años 60-70, diseñada por Jean Gregorieff para Roche Bobois.
En la tienda tenemos una de estas espectaculares mesas de café, con una estructura metálica y patas de acero curvas que sostienen un tablero de diez baldosas de cerámica de color crema, excepto dos de ellas con un fondo ocre y un motivo floral, un diseño bastante característico de Gregorieff.

Coffee table, años 70, diseñada por Jean Gregorieff para Roche Bobois.
Estas piezas, especialmente cotizadas hoy en día en el mercado del arte y del mobiliario vintage, son ejemplo perfecto de cómo Gregorieff supo fusionar tradición artesanal y funcionalidad moderna.
La estética mid-century modern, con el uso de colores vibrantes, composiciones geométricas y formas limpias, se convierte en el hilo conductor de su propuesta creativa.
A partir del año 2000, Jean Gregorieff decidió dejar atrás el diseño de mobiliario para centrarse exclusivamente en la pintura, cerrando así un capítulo prolífico en el diseño decorativo francés.
Sus obras siguen siendo apreciadas por coleccionistas, galeristas y amantes del diseño, no solo por su rareza, sino por la delicadeza y carácter que transmiten. En cada creación, Gregorieff logró algo excepcional: convertir lo cotidiano en arte. Es, sin duda, un brillante representante del espíritu innovador y artístico que caracterizó al diseño francés del siglo XX.
Fuentes:
- Jean Gregorieff, Presentación