Description
Impresionante pareja de fragmentos de un retablo barroco español de finales del siglo XVIII. Se trata de dos magníficas piezas de grandes dimensiones, talladas en todo su frente con elementos vegetales que tienden a formar espirales y con grandes rocallas en altorrelieve. Toda la superficie visible está dorada con pan de oro, con pequeños retoques posteriores apenas visibles.
Proceden de la iglesia de San Benito el Real de Valladolid, de una de sus capillas menores, y posteriormente pasaron a una colección privada, que lo adquirió directamente de los fondos del Arzobispado; según testimonio de los propietarios. Fueron utilizados como cabecero de cama, aunque estas exquisitas piezas permiten una gran cantidad de planteamientos, así como su simple exposición resulta espectacular.
La iglesia de San Benito el Real, de la orden benedictina, fue erigida en estilo gótico sobre el antiguo Alcázar Real de Valladolid, siguiendo los planos de Juan de Arandia y García de Olave. Su fachada fue diseñada por Rodrigo Gil de Hontañón, aunque el pórtico y su torre es posterior. El mayor tesoro que albergaba en su interior era precisamente el retablo mayor, además de la sillería del coro, obra de Andrés de Nájera en estilo plateresco. Tras la desamortización de Mendizábal en 1835 el monasterio fue transformado en cuartel, cerrándose el culto a la iglesia, que fue despojada de las obras de arte que poseía. Gran parte del retablo mayor y la sillería se conserva en el Museo Nacional de Escultura, en el Colegio de San Gregorio de Valladolid. La iglesia fue reabierta en 1892, y en 1922 se instaló en su capilla mayor el retablo de la Catedral de Valladolid.