Descripción
Excepcional espejo de gran tamaño de la prestigiosa firma italiana Ongaro e Fuga. La estructura se compone de una superposición de formas geométricas: primero un rectángulo con los ángulos en chaflán, un rectángulo y, sobre él, un marco de formas curvas (o mixtilíneas) tanto en la parte inferior como en la superior, que remata con un exquisito copete. Todos los perfiles se encuentran ornamentados con aplicaciones de cristal azul en forma de flor de seis pétalos en una sola pieza, piezas rectas sogueadas y otros motivos decorativos. Las entrecalles están grabadas al ácido siguiendo igualmente formas vegetales estilizadas. Mayor exuberancia en la flor del copete, con diversos cuerpos y hojas que la enmarcan. Parte posterior de madera maciza.
Realizado con cristal soplado artesanalmente en la isla de Murano. El cristal de Murano encuentra su origen en artesanos huidos de Constantinopla, los cuales se establecieron en la zona de Venecia, alcanzando su arte gran relevancia social, en el siglo X. Sin embargo, a finales del siglo XIII, los incendios de las fábricas, construidas en madera, eran constantes, por lo que las autoridades decidieron ordenar a los vidrieros que se instalarán en la cercana isla de Murano, para que los posibles incendios no afectasen al resto de la ciudad. Durante siglos se ha conservado el arte del vidrio con mucho recelo.
El vidrio está formado de sílice, que se disuelve a altas temperaturas, entre 1200 a 1400ºC hasta formar una pasta. Tras reducir la temperatura a 800°, el vaso líquido es recogido en el extremo de la cerbatana por uno de los ayudantes del Maestro, el «servente». Durante este procedimiento, el «servente» enrolla la tubería en el horno, y luego lo levanta para sacarlo del vaso, haciendo girar la tubería para eliminar cualquier exceso. Los humos derivados de este proceso son altamente tóxicos, por lo que los trabajadores sólo pueden ejercer durante 25 años.
En la parte superior de la burbuja se pueden agregar varios materiales, como hojas de metales preciosos, bastones finos de vidrio o pastas para colorear, con el fin de ornamentar. Posteriormente el vidrio se estira, se tritura, se pellizca, se plancha, se raya, se alarga y se corta. Los maestros giran el vaso sobre las tuberías formando círculos simétricos en el aire, obteniendo así la forma deseada, como las piezas de nuestros espejos. Una vez terminada la pieza, se recuece bajando gradualmente la temperatura para así evitar que el vidrio explote. Una vez enfriado comienza la fase de pulido en frío.
Ongaro e Fuga
La firma Ongaro e Fuga tiene su origen en el matrimonio de Franco Fuga y Tulia Ongaro, ambos descendientes de importantes artesanos venecianos. Entre esta talentosa ascendencia destacó Angelo Fuga, maestro del vidrio desde mediados del siglo XIX. Ante el legado de Angelo Fuga y un profundo interés por mantener con vida la tradición artesana veneciana, el matrimonio fundó la marca en 1954.
Su trayectoria inició con su especialización precisamente en el tratamiento del vidrio para elaborar espejos. Con el paso del tiempo, han ido innovando e incorporando nuevas piezas (consolas, mesas, armarios…) En la actualidad, la firma es dirigida por los tres hijos de sus fundadores, Bruno, Giuliano y Francesco, que han renovado la firma al combinar las técnicas modernas con las tradicionales, en una suerte de reivindicación de la tradición veneciana y sus técnicas. Sumado a esto, hoy en día, la firma colabora con otras casas y artistas, trabajando con diseños que van desde lo más tradicional a lo más moderno. Destacan por el lujo, la elegancia, la profusión decorativa y atención al detalle, todo esto da lugar a absolutas piezas de arte, tan únicas como bellas.