Demetre Chiparus, uno de los nombres más importantes en la escultura, de nacionalidad rumana, presentó en la década de 1920 un estilo innovador destacando por su decorativismo, lujo y elegancia. Se trasladó a temprana edad a Paris para completar su formación en l’École des Beaux-Arts, donde perfeccionó sus habilidades y comenzó a desarrollar su propio lenguaje al estilo art déco, con una primera serie de esculturas decorativas sobre niños, exhibida en el Salón de Paris de 1914. Más adelante, cuando adquiere ya un estilo maduro, comienza a inspirarse en el ballet ruso, el teatro francés, y las primeras producciones de cine mudo, realizando, sobre todo, obras de representación femenina tales como bailarinas de ballets o cabaret. Las piezas de Chiparus se realizaban en fundiciones y manufacturas que utilizaban también sus contemporáneos, como la de Edmond Etling, o posteriormente Las Neveux de J. Lehmann.

El Art Déco fue un movimiento puramente decorativo. En sus trabajos, generalmente, los artistas no pretendían expresar sentimientos o emociones, sino crear objetos de diseño atractivo, equilibrados y que reflejasen el momento y la sociedad en que vivían. Los ballets rusos fueron claves en el desarrollo de este movimiento, ya que sus montajes fueron muy influyentes, impactando en los diseños de la moda y la decoración. Autores como Demetre Chiparus o Paul Philippe representaron esa explosión de color y expresividad, inspirándose sobre todo en las piezas musicales de Sergei Diaghilev, Vaslav NIjisky o Ida Rubinstein. Por ejemplo, la obra «Bailarina con aro» (Danseuse au cerceau), creada en 1928, se inspiró en la magnífica bailarina Zoula de Boncza. También influirá mucho en su obra el descubrimiento de la tumba de Tutankamón en 1922, ya que el arte del antiguo Egipto y Oriente llegará a la moda francesa y se reflejará en sus esculturas.

La mujer se convierte en la gran protagonista de la escena cultural y social y lo vemos en sus obras. Se trataba de una mujer que lucha por su libertad y quiere encontrar una personalidad propia. Aparecerán en estas piezas escultóricas ejecutando movimientos líricos, alivianados, y, sobre todo, muy elegantes.

Este artista destaca, sobre todo, con sus conocidas criselefantinas inspiradas en bailes de origen oriental con unas vestimentas muy trabajadas y decoradas. Se trataba de una combinación de marfil y bronce, reservado el primero para el rostro, las manos, los brazos y las piernas. Las bases solían ser de mármol u ónice adornadas con esmaltes vibrantes.

A pesar de que con la llegada del nazismo se irrumpió su producción, Chiparus continuó esculpiendo para su propio placer, realizando esculturas de animales. Sus obras siguen inspirando a artistas gracias a su cautivadora belleza y su significado histórico. En Fragonard Interiors podrá encontrar una de sus piezas de bailarinas donde se refleja a la perfección esta combinación de elegancia y lujo.