Descripción
Exquisito grabado de la obra original del célebre pintor británico Sir Alfred James Munnings, uno de los máximos exponentes del arte ecuestre del siglo XX y figura clave de la Escuela de Newlyn. Bajo el título “The Huntsman. Ned on the Brown Mare”, la pieza captura una escena otoñal de cacería en el campo.
La composición, con un único cazador en primer plano, refleja el estilo ya maduro de Munnings, que solía retratar con especial atención las figuras equinas. Este enfoque aparece en su obra desde 1907 y se consolidó durante su estancia en Cornualles, cuando sentía nostalgia de las escenas de caza en su ciudad natal.
Más que una simple escena de caza, esta imagen transmite el impulso vital del jinete, el dramatismo del salto y la proeza técnica del artista. Es muy destacable el excelente trabajo anatómico del artista a la hora de retratar al caballo. Munnings, apasionado jinete él mismo, expresó en su obra su propia búsqueda por esa perfección del salto, tal vez idealizada, pero profundamente sentida.
Sobre Sir Alfred James Munnings:
Sir Alfred James Munnings (1878–1959) fue un destacado pintor británico, célebre por su maestría en la representación de caballos y escenas de caza. Nacido en Mendham, Suffolk, desarrolló desde joven un vínculo íntimo con el campo inglés, los animales y la vida rural, que marcaría profundamente su obra. Aunque perdió la visión en un ojo a los veinte años, continuó pintando con una tenacidad excepcional.
Munnings se formó en la Norwich School of Art y posteriormente se unió a la Escuela de Newlyn, una comunidad de artistas asentados en Cornualles, donde perfeccionó su estilo naturalista y su dominio del color y la luz. Durante la Primera Guerra Mundial fue asignado como artista de guerra, experiencia que consolidó aún más su reputación.
Su técnica vivaz y su profundo conocimiento anatómico del caballo lo convirtieron en uno de los retratistas ecuestres más solicitados de su tiempo. En 1944 fue nombrado presidente de la Royal Academy of Arts, cargo desde el que defendió con firmeza el arte figurativo, oponiéndose a las corrientes modernistas emergentes.
Además de su obra pictórica, Munnings dejó unas memorias en tres volúmenes donde relató con humor y lucidez su vida como artista, jinete y amante del campo inglés. Su legado pervive como símbolo de una sensibilidad pictórica que supo capturar con fuerza y elegancia el espíritu del mundo ecuestre tradicional.