Descripción
Sublime paisaje con pastores al pastel de origen francés, original del siglo XIX. Presenta una escena campestre: dos pastores descansan mansamente mientras sus vacas y ovejas pastan en el campo. No obstante, destaca el claro protagonismo del paisaje, que se impone sobre las pequeñas figuras de los campesinos y sus rebaños. Se impone una gran roca central tras la cual se alza un árbol cuyas hojas parecen mecidas por el viento. Pero la mayor parte de esta composición la ocupa el horizonte, en el que vemos pequeños pueblos sobre las onduladas laderas, y el cielo, que combina tonos azules pastel con los tonos anaranjados del crepúsculo. Esta obra cuenta con un claro componente romántico, con la representación del sombrío y misterioso bosque que se abre hacia el horizonte y el cielo infinito.
La representación paisajística es muy característica de la pintura romántica, la cual le otorga al paisaje un componente espiritual que lleva al espectador a experimentar lo sublime. En el siglo XIX, los nublados cielos del pasado son redescubiertos y reinterpretados. Por lo general, en las obras paisajísticas del romanticismo prevalece un ambiente sereno y calmo, al que se le añade un componente de misterio y desasosiego, como se aprecia en este pastel.
A pesar de ser ésta una obra francesa, sus colores y trazo suave y aterciopelado resemblan los paisajes holandeses del siglo XVII. El arte holandés ya llevaba en sí un cierto componente romántico que se expresó en la intensificación de la observación de la naturaleza y el énfasis en el elemento narrativo. No encontramos la agitada fantasía y la explosión de color de los franceses, sino que este pastel es más cercano incluso al misticismo del romanticismo del norte de Europa.