Descripción
Excepcional espejo realizado con fragmentos de retablo barroco. Se trata de un espejo cuadrangular al que se le han adosado dos extraordinarios fragmentos a cada lado de madera simétrica, transformándolos así en marco dorado. Se trata de dos piezas de gran calidad artística, talladas en madera. Se presentan hojas de acanto, roleos y dos formas veneradas que captan poderosamente la atención, formas típicas del siglo XVIII que beben de la influencia clásica de los capiteles corintios. La calidad artística no sólo reside en la talla sino también en el dorado, realizado con pan de oro, sobre bol y albayalde, y bruñido con piedra ágata. El retablo barroco con su colorido y su dorado -operación en la que se empleaban panes de oro de subidos quilates- fue iluminado por la luz mortecina de las velas, refulgiendo como una brasa en la penumbra de los templos, insinuándose a la vista del público como una aparición celestial.
El resultado es un espejo muy original, nunca visto. Objeto decorativo en sí mismo, lleno de valor artístico e histórico. Se puede plantear en el sentido inverso y también en horizontal. Debido a las grandes dimensiones del mismo, se aconseja el transporte en caja de madera hecha a medida asumida por el comprador.