
La historia de Macfarlane Lang & Co comienza en 1817, cuando James Lang fundó una pequeña panadería en Gallowgate. En sus inicios, la empresa consistía en una tienda modesta con una panadería anexa. Sin embargo, en 1860, tras la incorporación de su sobrino, John Macfarlane, y con el crecimiento del negocio, se hizo necesario trasladarse a unas instalaciones más grandes en Calton. Allí, Macfarlane contó con la colaboración de sus dos hijos, lo que llevó a la decisión de construir unas instalaciones especialmente adaptadas al negocio. La nueva fábrica, inaugurada en 1880, garantizó la prosperidad de la empresa.
En 1885, Macfarlane Lang & Co amplió su producción al comenzar a fabricar galletas. Para ello, en 1886, se inauguró la Victoria Biscuit Works en un terreno adyacente, con maquinaria para la producción en serie de galletas. La expansión de la empresa continuó con la construcción del Victoria Bread & Biscuit Works, un complejo industrial de 7.000 metros cuadrados situado en Bridgeton, Glasgow. En 1895, se levantó un edificio de cinco plantas y un ático, diseñado por el arquitecto J.M. Monro. En esta ubicación, la sección de panadería y pastelería del negocio siguió operando hasta 1967, cuando pasó a ser propiedad de Milanda Bread Co Ltd. La panadería funcionó hasta 1974, momento en el que fue demolida.
La expansión de la empresa también incluyó Londres, con la apertura de la Imperial Biscuit Works en Fulham, en 1903. Mientras tanto, la fábrica de galletas original en Glasgow, la Victoria Biscuit Works, se trasladó en la década de 1920 a nuevas instalaciones en Tollcross. Esta nueva fábrica, diseñada de manera horizontal en lugar de vertical, como era común en la época, se caracterizaba por una fachada sencilla que daba paso a una gran zona de talleres, panadería y salas de acabado. En sus primeras etapas, el embalaje de las galletas se hacía a mano. En esta fábrica se hacían productos emblemáticos como Rich Tea, Gipsy Cream y galletas de crema, que se enviaban a todo el mundo.
A finales de la década de 1920, John W. Macfarlane, propietario de la empresa, adquirió la villa “Norwood” en Bearsden, lo que indicaba el auge del negocio de las galletas. En 1925, se inauguró una nueva fábrica de galletas en Tollcross, con equipamiento moderno para satisfacer la creciente demanda.


En 1948, Macfarlane Lang & Co se fusionó con otros fabricantes de galletas para formar United Biscuits, una de las empresas más grandes del sector. A lo largo del tiempo, United Biscuits se expandió y se consolidó como uno de los principales proveedores de alimentos de Gran Bretaña. A principios del siglo XXI, la fábrica de Tollcross seguía siendo un importante empleador en el este de Glasgow.
A finales de la década de 1920, John W. Macfarlane, propietario de la empresa, adquirió la villa “Norwood” en Bearsden, lo que indicaba el auge del negocio de las galletas. En 1925, se inauguró una nueva fábrica de galletas en Tollcross, con equipamiento moderno para satisfacer la creciente demanda. En 1948, la fusión con McVitie & Price convirtió a Macfarlane Lang & Co en la mayor pastelería de galletas de Glasgow. En 1967, se integró completamente en el grupo United Biscuits, creado por el empresario canadiense Gary Weston, aunque el nombre de la marca original desapareció.

