Aprovechando la llegada a nuestra galería de esta pintura, nos hemos puesta a indigar… ¡y nos ha encantado!

Espléndido óleo sobre lienzo realizado por Blas González García-Valladolid Moral en 1866, pintor ampliamente reconocido en la ciudad de Valladolid gracias, sobre todo, a sus retratos. De narración anecdótica, representa una escena costumbrista con tipos propios del sur de la Península. La firma del autor está presente en la zona inferior izquierda.

En el reverso de la obra aparece escrita una dedicatoria que versa “A Don Lázaro Rodríguez con motivo de su nombramiento de Gentil Hombre de Su Majestad. Su primo, Blas González G-V. Moral.“ El lienzo presenta sencillo marco dorado de la época.

Este tipo de pintura no es frecuente en la producción artística del pintor. Se trata de una escena con varios personajes que forman un círculo durante su encuentro. En esta composición compleja cada personaje adopta una postura y un movimiento diferente, como es lógico pues han sido representados en medio de una acción de ambiente distendido y aires dulces. Se aprecian caballistas, tipo imprescindible en ferias y romerías, exponente de una satisfactoria situación económica es una sociedad agraria. La obra se termina de completar con el suave paisaje del fondo.

Gracias a las pinturas costumbristas se puede observar la vida diaria de las diferentes zonas de la Península al final del siglo XIX. Este género guarda relación con la mentalidad romántica, ya vigente en Europa en los primeros años del siglo, que proclama y afirma el carácter propio y diferente de cada pueblo, determinado por su singular trayectoria histórica, exaltando así sus características particulares expuestas a través de tipos y escenas consideradas significativas. Es precisamente con el reinado de Isabel II, cuando el costumbrismo pictórico tiene su más plena floración, y cuando está pintada esta obra. El artista pone de manifiesto su descripción minuciosa de la realidad, por ejemplo, en los trajes. En general, se aprecia un predominio del dibujo y un colorido convencional. Se debe tener en cuenta que en toda creación costumbrista hay nostalgia por una situación perdida o a punto de desaparecer, y a la vez complacencia y orgullo por situaciones concretas en donde aún perduran lo genuino y particular. Ese tono melancólico se enfatiza con el paisaje de colores suaves.
Breve biografía Blas González García-Valladolid
Blas González García-Valladolid Moral (1839 – 1919) nació en Valladolid. Su pasión por la pintura le vino de cuna ya que era hijo del pintor y académico local Pedro González Moral, de quien aprendió el oficio de pintor junto con su hermano Isidro. También fue hermano suyo Casimiro González García-Valladolid, famoso historiador vallisoletano, cuyas obras son fundamentales para el estudio de su historia y arte. Recibió su formación en el arte de la pintura en la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción de Valladolid con Agapito López San Román y José Martí y Monsó.
Cultivó otras artes además de la pintura, como la escultura y grabado, e incluso la restauración y la decoración. Se convirtió en el retratista más solicitado de Valladolid. Pintó retratos de monarcas, como Isabel II o Alfonso XIII; de arzobispos; de las instituciones oficiales y de la burguesía vallisoletana en general, destacando los retratos de los presidentes de la RABAPC. Todos ellos guardan un carácter un tanto convencional, una técnica minuciosa, una ajustada entonación, y parten de una fotografía.
Pese a que fue el retrato su género más desarrollado, también realizó pintura historicista, costumbrista y religiosa. Profesor y Académico de la RABAPC, su obra es muy extensa y se halla en muchas instituciones locales y establecimientos religiosos de la ciudad: la Real Academia de Bellas Artes, el Palacio Arzobispal, la Catedral y muchas de las clausuras de las órdenes religiosas femeninas vallisoletanas.
Lázaro Rodríguez González
Lázaro Rodríguez González fue un personaje relevante en la Valladolid de finales del siglo XIX. El mismo se presenta, en una publicación, como “Ex director del hospital de dementes de Valladolid, caballero de las Reales órdenes de Isabel la Católica y Carlos III, condecorado con la Beneficencia en su segunda categoría, Académico de número de la de Bellas Artes y Gentil-hombre de E. Director, Fundador y propietario del Manicomio de San Rafael. “

Rodríguez González fue director del Hospital de Dementes de la Diputación Provincial hasta 1869, cuando fundó el Hospital de Dementes de San Rafael, destinado a los enfermos pertenecientes sólo a las clases acomodadas. Pese a que tuvo varias localizaciones, la más importante fue en una casona de la plaza de San Pablo donde estuvo hasta su cierre. Llegó a ser tan exclusivo que altas personalidades de la nobleza española de diferentes ciudades ingresaron en él. Fue Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, donde su primo y autor de la obra, Blas González Valladolid, era profesor. También obtuvo la condecoración de Gentil Hombre de Cámara de Su Majestad, motivo por el cual su primo le dedicó esta pintura.
– Anta, J. (2023). Un manicomio de lujo para las clases altas de Valladolid. El Norte de Castilla.
– Baladrón Alonso, J. (2015). Pintores vallisoletanos olvidados: Blas González García-Valladolid (1839-1919). Arte en Valladolid.
– Reina Palazón, A. (2001). El costumbrismo en la pintura sevillana del siglo XIX.