El retrato infantil del siglo XIX, inauguró una corriente romántica, donde se le empezó a individualizar, y dejaron de aparecer solamente en los retratos familiares de la época. Este tipo de retrato no era algo nuevo, pintores como Velázquez o Goya ya habían realizado cuadros de este estilo, pero no con el mismo enfoque.
Los avances técnicos de principios del siglo XIX, hicieron que la mortalidad infantil descendiera, por lo tanto el retrato infantil sirvió para proyectar el amor y afecto de los padres hacia los hijos. Este tipo de retrato se desarrolló tanto en miniaturas como en la pintura de caballete.
En la pintura española, el retrato infantil surge a finales del siglo XVIII, pero en el siglo XIX adquiere una fuerza mayor, gracias a que la Ilustración y especialmente a Rousseau, se empieza a defender la niñez. Las virtudes asociadas a la niñez (inocencia, gracia, espontaneidad…) son muy valoradas y se representan en la pintura a través de distintos detalles.
Los infantes suelen representarse en lugares apacibles, con fondos claros y neutros y en entornos de naturaleza. Pueden aparecer acompañados de distintos frutos y flores que simbolizan la frescura y juventud, además de aves o animales, en especial los perros que están vinculados con la fidelidad. Los ropajes con los que se les representa, aparecen muy cuidados, se suelen representar con atuendos militares e insignias, y en muchas ocasiones aparecen libros que destacan el carácter intelectual. En este tipo de retratos para representar la delicadeza su empleaba el color azul.
Los objetos más importantes en estos retratos infantiles son los juguetes, como pelotas o aros. Los niños cierran sus camisas con corbatas de lazos y diferentes adornos. Las niñas suelen aparecer representadas con peinetas, abanicos, pañuelos, bolsos pequeños…, además lucen joyería de coral, normalmente rojo, que simboliza la sangre y en la época del Romanticismo tenía basta carga protectora y mágica. También aparecen diferentes instrumentos que alejaban a los malos espíritus.
El retrato de niños se puede dividir en tres grupos:
- Retratos individuales: representados con posiciones gestuales que utilizaban los adultos en sus retratos. Importante en este tipo de retratos es la simbología que tienen los objetos con los que aparecen representados, distintos según su género.
- Retratos de hermanos: no suelen tener patrones definidos, pero es común que tengan algún animal o juguete entre las manos.
- Retrato fúnebre de niños: representados en actitud yacente con bastones de flores o coronas, que simbolizan las virtudes (costumbre hispánica católica)
En la pintura infantil podemos encontrar dos diferencias:
- En la pintura iberoamericana: aparecen de pie, al lado de una mesa o entre cortinas, sujetando flores, bastones, documentos, abanicos o sombreros.
- En la pintura anglosajona: aparecen en posiciones más flexibles, en entornos austeros, con menos simbología de pertenencia social o de contexto. pero suelen estar acompañados de juguetes o animales, en especial los gatos.
El retrato infantil en miniatura se había practicado desde el siglo XVI, pero a partir del reinado de Felipe V tuvo un gran desarrollo. Con Carlos III y Carlos IV se empezaron a crear puestos específicos para hacer este tipo de retratos. Lo más frecuente era el retrato en miniatura en forma de joyel, que los monarcas ofrecían a su personal de confianza y embajadores como regalo. Los infantes también daban este tipo de regalos para testimoniar su crecimiento. También se utilizaban como joyas de adorno, colgantes, o insertados en brazaletes, pero este tipo de joyas eran de carácter más íntimo y privado, además podían decorar joyeros o cajas pequeñas.
Con el triunfo de la fotografía, la miniatura empezó a caer en desuso y se empezó a sustituir por las cartes de visite (este tipo de formato fue inventado por André Adolphe Eugène Disdéri, a mediados de siglo).
En la tienda hay un nuevo retrato infantil “Retrato Toribio de Velasco y Viguri”, procedente del Palacio Álava-Velasco de Vitoria. El niño aparece sentado formalmente, con una seriedad típica de los adultos, entre cortinajes y sosteniendo en su mano derecha un libro o cuaderno, haciendo simbología a lo intelectual o a la educación.

“Retrato Toribio de Velasco y Viguri”
Fuentes
- Descubrir el arte (2016, octubre). La infancia vista desde el Romanticismo
La infancia vista desde el Romanticismo – Descubrir el Arte, la revista líder de arte en español
- Los ingenios del pincel. Retratar a la familia y a la infancia
Retratar a la familia y a la infancia – Los ingenios del pincel
- Museo del Romanticismo (2012, enero). El retrato infantil en la miniatura del Museo del Romanticismo.
Microsoft Word – El_retrato_infantil_en_la_miniatura_del_Museo_del_Romanticismo.doc